Los "pesares" se espantan jugando.
En Barrio San José, los educadores de Rayuela les propusieron a los chicos construir juguetes. Así fue como se construyeron canchitas de fútbol y "quitapesares".
Primero se armaron las canchitas con elementos reciclados y se las decoraron con diferentes técnicas. Les colocaron clavitos, que representaban los jugadores en la cancha, para ello debieron aprender a usar el martillo, calcular la dirección e intensidad de la fuerza. Este tipo de actividades requiere de una habilidad motriz compleja, y permite ejercitar la concentración y la creatividad al realizar el objeto a gusto personal. Luego se puso en práctica el juego cerrando el proceso de construcción creativa.
Por su parte los "quitapesares" son muñequitos diminutos originarios de Guatemala. La leyenda dice que si les contamos nuestras preocupaciones y los colocamos debajo de nuestra almohada, al despertarnos las penas se han ido.
La estructura del cuerpo de los quitapesares la hicieron con fósforos y luego la "vistieron" con retazos de tela. El trabajo con volúmenes tan pequeños requiere de paciencia, y promueve el desarrollo de nuevas habilidades.
En San José, Rayuela se pone en juego, espantando las penas y convocando nuevas alegrías: las del encuentro y la creación colectiva.





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