Jugar es cosa seria
Los educadores del proyecto Rayuela de barrio San
Miguel les propusieron a los niños y niñas un juego de construcción a partir de
formas de madera. Un juego en apariencia tan simple permite poner en juego
aprendizajes complejos.
Los juegos de construcción permiten a los niños
explorar cuestiones de la Física, como descubrir y diferenciar características
de los materiales y sus reacciones al variar la posición en el espacio y con
otros objetos: plano inclinado, balanza, palanca, polea, péndulo, búsqueda del
equilibrio, estabilidad y balanceo de los objetos. También se propician
aprendizajes relacionados con aspectos del desarrollo lógico conceptual:
resolución de problemas que implican medir empíricamente magnitudes de longitud,
capacidad y peso entre los objetos; establecimiento de relaciones de los
objetos en el espacio, proporción y diseño; planificación y anticipación de
tareas, entre otros, del desarrollo psicomotor.
Ahora bien, el aspecto más importante del juego de
construcción es que suma a la actividad exploratoria e intencional de los
niños, la aceptación de los límites que le imponen los objetos al operar sobre
ellos. Se trata de un proceso que implica, por parte de los niños, el
despliegue de sucesivos ensayos para lograr determinada construcción y la
consecuente aceptación de las resistencias del objeto que no necesariamente se
adapta a lo que ellos quieren lograr al manipularlo para una construcción.
Los niños aprenden jugando a orientar el deseo en
función del objetivo. “Intención, idea, imaginación… y realidad, modelo,
factibilidad…”, se entrecruzan en su juego. En definitiva, los niños de Rayuela
San Miguel están construyendo aprendizajes que pondrán en juego en diversas
situaciones de su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario