Otra noche en la que los pronósticos de lluvia fallan
para dar lugar a la fiesta. El viernes 6 de febrero, desde las 20 hs. la música
y la murga siguió rondando en la cuarta noche de Carnavales barriales, esta vez
en el predio del Centro Vecinal de Cabana.
Con el desfile de la Comparsa Andina infantil, Los
Miguelitos, La Murloza, Agua de Luna, Los Nacientes de San José y -la
anfitriona- Sueño de Locos el campo de la doma dio lugar al color habitual de
los Carnavales de Unquillo. Ornamentado por los propios vecinos, organizados en
la Mesa barrial, el predio fue el ideal para una noche de verano y fiesta. Como
en los otros barrios, estuvieron los artesanos de Gema con su feria, algunos
artesanos del barrio que fueron invitados, más los puestos de comida y bebida
que completaron el buffet del Centro Vecinal. También estuvo Ana María con un
puesto de venta, quien participa activamente en el Carnaval y además vende sus
productos a beneficio de la capilla de Cabana.
“La organización estuvo a cargo de la Mesa barrial, en la
que participa el Centro Vecinal, la comisión, otros vecinos que se suman, y
mamás de los integrantes de la murga”, explicó Noelia, del equipo de la
Dirección de Cultura y Educación. “Yo soy vecina de Cabana, participo desde
hace ocho años en este Carnaval y ahora soy del equipo de los Caies (Centros de
Apoyo a la Inclusión Educativa) y trabajo todo el año en el barrio”, agregó.
Mientras, en el escenario estuvieron Sergio, el Ángel del
Cuarteto; Magui y Jorge bailaron tango; la Cuerda de Candombe de las Sierras
Chicas; la cantante coscoína Paola Bernal, que interpretó música popular
argentina y cerró Stilo K con el tradicional baile de cuartetos. Participaron,
también del espectáculo, vecinos del barrio que se disfrazaron para la ocasión.
La grilla también estuvo decidida por la Mesa, además de organizar el predio,
los kioscos, y los adornos que conservan de un año a otro y agregan otras
producciones. “En las reuniones se mezcla un poco, porque vienen todos los días
a trabajar en el Carnaval y a su vez van discutiendo y decidiendo cosas”, dijo
Noelia.
“Me gustan los Canavales barriales porque son una
expresión muy familiar, agradable, al aire libre con mucho espacio para
sentarse, tomar algo, murguear… muy abiertos”, expresó Ivana, una vecina que
hace dos años vive en Cabana y vino de Buenos Aires. “Lo que veo característico
aquí es que todas las murgas barriales comparten una identidad, que es la
identidad de Unquillo. Si bien tienen sus características particulares,
Unquillo es un todo murguero. Eso en Buenos Aires no pasa, son como pequeños
nodos y la gente no participa tanto como aquí”, concluyó Ivana.
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